Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil

...Pues como todo poder que se concede con el encargo de cumplir un fin determinado ha de limitarse a la consecución de ese fin, siempre que el fin en cuestión sea manifiestamente olvidado o antagonizado resultara necesario retirar la confianza que se había puesto en quienes tenían la misión de cumplirlo; así, el poder volverá a manos de aquellos que lo concedieron, los cuales podran disponer de él como les parezca más conveniente para su proteccion y seguridad. De este modo la comunidad, conserva siempre un poder supremo de salvarse a si misma frente a posibles amenazas e intenciones maliciosas provenientes de cualquier persona, incluso de los legisladores mismos; pues puede ocurrir que éstos sean tan insensatos o tan malvados como para planear y llevar a cabo proyectos que vayan contra la libertad y la propiedad de los súbditos....
John Locke


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jueves, 19 de agosto de 2010

LOS LIMITES DEL REALISMO POLITICO


“La política debe ser realista; la política debe ser idealista;
dos principios que son ciertos cuando se complementan
 y falsos cuando se mantienen separados”.
M. Bluntschili

En el presente escrito analizo, sucintamente y a la luz de la Revolución Bolivariana  que se ha pretendido imponer en Venezuela, lo que es la política pura ( Machpolitik) y el realismo político como calculo de la verdad efectiva, de la verita effetuale de Maquiavelo, por cuanto el secretario florentino, considerado el padre esta corriente, separo la política de la ética y de la religión con lo cual se distanciaba de Aristóteles quien veía estos tres factores en forma unida. Maquiavelo es el primero en afirmar francamente que la política no transige con los preceptos morales, estableciendo así la denominada “autonomía de la política”.  Por ultimo nos referiremos a la política proclive a la guerra versus política propensa a la paz, para concluir preguntándonos que es el realismo político.
Este enfoque realista de la política ha dado lugar a dos corrientes interpretativas que deben disitnguirse claramente. Según la primera, a) la política es la política, y no cualquier otra cosa; la segunda supone que el realismo político expresa por excelencia un tipo especifico de política y de comportamiento denominado política pura, termino que recientemente se ha rebautizado con el nombre de Machpolitik, o política de fuerza, y que ha sido utilizado por los Estados en materia internacional, pero que en el caso que nos ocupa lo utilizaremos política del poder.
Desde la llegada de Hugo Chávez al poder, la política de Fuerza es la que se ha implantado o tratado de imponer en Venezuela, por cuanto la misma es ajena a todo tipo de ideales, aun y cuando el gobierno de Chávez, se haya declarado Marxista; la política del actual régimen venezolano ha estado basada primordialmente en la fuerza, el fraude y el uso implacable del poder, con lo cual estamos dando por sentado que este tipo de conducta utilizada por Chávez y su gobierno preconiza el realismo político del que anteriormente hicimos referencia. Interpretando a Maquiavelo, tendremos que la revolución bolivariana es un microcosmo político único, en consecuencia Chávez y su revolución bolivariana son uno solo. Podríamos entonces argumentar que lo mismo ocurre con todo gobierno tiránico. Chávez y su revolución y la alta dirigencia del PSUV son demagogos y para justificar sus acciones invocan una legitimidad preexistente obtenida en las elecciones, cuando en la realidad la tiranía de Chávez es quoad exercitium (en función  de cómo se ejerce el poder) con lo cual pasamos a establecer una diferencia entre el político y la política.
La política es mas que el político. En el caso de Venezuela, se habla de una política socialista. Esto implica que por muy poderoso que pudiera ser Hugo Chávez, se encuentra vinculado por le curso de una acción  que es como tal , mas fuerte que su voluntad personal. Chávez puede actuar de cualquier forma, pero difícilmente puede abandonar su identificación con el comunismo en el supuesto de que quiera hacerlo. Por lo tanto, debemos tener precaución de no equiparar la política y el político. En cuanto al político es oportuno ubicarlos en una tipología en cuya base el político puro se encentra en un extremo, en tanto que el político idealista se halla en el otro extremo, con lo cual queremos decir que el primero, el puro, es un político cínico que desprecia los ideales, mientras que el segundo los persigue a toda costa, nosotros ubicamos a Hugo Chávez dentro de la primera categoría. Si nos referimos específicamente al Príncipe de Maquiavelo, sin embargo podemos decir que él no afirmo que la política no es la ética; pero tampoco dijo lo que la política es en si, por lo tanto se desprende que la política es “moralmente impura”.  Hugo Chávez, sabe que las ideas son fuerzas, que los ideales son armas y como dijo el mismo Maquiavelo, que incluso los paternosters son útiles baluartes del Estado.
La cuestión es que la política pura es tan irreal como su contraria, una política totalmente ideal. Chávez sabe que nadie ha sido nunca capaz de establecer con esto una política genuinamente pura, o capaz de establecer con éxito una política estrictamente ideal y/o moral; por lo que es importante señalar a este punto, que la política pura se basa también en valores e ideales y que los mayores derramamientos de sangre y matanzas de las modernidad se han producido y llevado a cabo en el nombre de un ideal racista de la nación o en el de una sociedad sin clases .
Hecho el análisis anterior pasamos a referirnos a la política proclive a la guerra versus política propensa a la paz.
la política proclive a la guerra versus política propensa a la paz.
Al respecto pensamos que existe una distinción fundamental entre política pura sin ideales y la política impura cargada de valores es inapropiada por lo que mas bien la distinción fundamental es entre una visión beligerante de la política y una versión legalista de la política, orientada hacia la paz. En la primera, la fuerza predomina sobre la persuasión, el poder establece el derecho y se intenta resolver los conflictos en términos de derrota del enemigo, del “escuálido”, del “pitiyanqui”, considerado como un hostis, así ha actuado Hugo Chávez y sus seguidores desde la toma del poder. En relación a la política legalista, la fuerza se reserva como ultima ratio, como la peor y ultima razón, y en cuanto a los conflictos son resueltos por medio de acuerdos, tribunales y procedimientos jurídicos, de esta manera actúa la fuerza opositora a Hugo Chávez.
Clausewitz afirmo que la Guerra era la continuación de la política por otros medios. El presidente Hugo Chávez ha invertido durante el periodo que lleva gobernando este aforismo para expresar una postura generalizada de predisposición a la Guerra: “ Somos una revolución pacifica pero armada”. Para Chávez la política es como la guerra  -una guerra sin y con las armas de la guerra llegado el momento- su arma central ha sido la hostilidad, la percepción del opositor, del contrarrevolucionario, como un enemigo, o como un peligro o una amenaza.
Cuando Hobbes describió el estado de naturaleza como una guerra de todos contra todos, también apuntaba, al menos implícitamente, que la concepción política entendida como actividad preparada para la guerra. El sometimiento de la política a procedimientos legales, en la transformación de la ley de la jungla en la “ley del derecho”, de l que se deduce que la política sea limitada por la legalidad constitucional.
A este punto y a manera de conclusiones podemos preguntarnos: ¿Qué es el Realismo Político? Es nada mas, pero nada menos, que el ingrediente fáctico de cualquier y de toda política. El realismo político consiste en hacernos sabedores de la base fáctica de la política. No puede extenderse a los grandes ismos de la política. Y si lo hace es un fraude. Pues los grandes ismos: Socialismo, Comunismo, Populismo, y así sucesivamente, giran en torno a opciones valorativas que no derivan de los hechos, sino que se sobreponen a los hechos.

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