Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil

...Pues como todo poder que se concede con el encargo de cumplir un fin determinado ha de limitarse a la consecución de ese fin, siempre que el fin en cuestión sea manifiestamente olvidado o antagonizado resultara necesario retirar la confianza que se había puesto en quienes tenían la misión de cumplirlo; así, el poder volverá a manos de aquellos que lo concedieron, los cuales podran disponer de él como les parezca más conveniente para su proteccion y seguridad. De este modo la comunidad, conserva siempre un poder supremo de salvarse a si misma frente a posibles amenazas e intenciones maliciosas provenientes de cualquier persona, incluso de los legisladores mismos; pues puede ocurrir que éstos sean tan insensatos o tan malvados como para planear y llevar a cabo proyectos que vayan contra la libertad y la propiedad de los súbditos....
John Locke


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sábado, 12 de noviembre de 2016

TODO COMENZO EN OKLAHOMA



Las uvas de la ira es una novela escrita por John Steinbeck, fue distinguida con el Premio Pulitzer en 1940, transcurre durante la época de la depresión económica de los años 30 en los Estados Unidos, después de la caída de la bolsa de Wall Street. A partir de ese momento, la gente es forzada a abandonar sus casas por los bancos, al no poder continuar pagando, los cuales les habían ayudado previamente a conseguirlas. En la novela, se narra la historia de la familia Joad, que tiene que dejar su tierra en Oklahoma por culpa de la sequía  que denominaron “Dust Bowl”, y la pobreza. La familia Joad empaqueta sus cosas y se encamina hacia el Oeste a través de la Ruta 66, en una busca de nuevas oportunidades. Tom Joad es un joven que es liberado de prisión y se encuentra con que su familia ha sido expulsada de su casa y viven en la de su tío hasta que sepan qué hacer en esta situación sin hogar. Joad, pudo ser cualquiera de aquellos miles de inmigrantes de Oklahoma, Kansas o Tejas, conocidos como okies (ver nota al final del escrito), que perdieron sus granjas por la presión combinada de la Gran Depresión, las catastróficas tormentas de polvo que destruyeron las tierras de cultivo y la voracidad de los bancos. Steinbeck los conoció mientras se documentaba para sus reportajes  en el que se trataba a estos "vagabundos de la cosecha" como a seres humanos. Más allá de sus límites, los okies eran considerados como sucias e ignorantes bestias de carga de las que no se podía prescindir pero a las que se despreciaba y maltrataba impunemente. California, el paraíso de fruta y miel, la tierra prometida para aquellos desheredados había sido ya el destino de miles de inmigrantes chinos, filipinos y mexicanos a los que se explotó sin piedad y a los se terminó expulsando cuando empezaron a dar muestras de rebelarse o, si no tanto, de querer organizarse para defender sus derechos. Era fácil mirar para otro lado cuando las víctimas no eran norteamericanos de pura cepa. Pero ser blancos y ciudadanos de Estados Unidos no salvó a los okies, que también tuvieron que soportar salarios de miseria, condiciones infrahumanas de vida, odio y marginación. Eso fue lo que Steinbeck puso por escrito, en su reportaje y novela, y lo que Woody Guthrie cantó, después de subirse con su guitarra al techo de un tren rumbo a California.



El escenario descrito brevemente nos presenta lo que ocurrió en la primera mitad del siglo XX en las zonas rurales de USA, y nos sirve para comprender según mi punto de vista, cuál fue, entre otras cosas, la clave para el triunfo de Donald Trump, un empresario norteamericano convertido a la política con un discurso populista, la madrugada del 9 de noviembre de 2016. Durante los  últimos meses de la campaña por la presidencia de la primera potencia del mundo, y como “curioso” de oficio, me adentre un poco mas para conocer sobre la política en Estados Unidos, fui un invitado de primera fila a los debates televisados,  que por cierto, todos (3), según las encuestas , dieron por ganadora a su adversaria, la ex primera dama y ex secretaria de estado Hillary Rodman Clinton. En el contexto que antecede, y tal como sucediera en el Reino Unido con el caso del Brexit y en Colombia con el plebiscito sobre los acuerdos de la Habana, la victoria de Trump nos lleva a territorios donde no hay mapas confiables, donde se hace difícil hacer un pronostico político sobe que es posible que suceda, donde dos mas dos no son cuatro. A pesar de que la mayoría de las encuestas daban por segura ganadora a Hillary, algo no estuvo bien, Yo, me inclino por el voto silencioso, es decir los entrevistados o encuestados, mintieron deliberadamente sobre lo que realmente pensaban y sentían porque seguramente, viendo cual era la opinión de la “mayoría”, sintieron que eran minoría. Opero, lo que Elizabeth Noesllen explica como teoría de la espiral del silencio. Según la espiral del silencio el hecho de que un individuo hable o se quede callado depende de las observaciones que ha hecho sobre la mayoría pública y decida cuál será su posición, en donde los medios de comunicación influyen en que la gente hable o no. Aquí brevemente se mezcla otro elemento importante para analizar  a futuro y es la llamada Agenda setting que los medios de comunicacion ponían ante la opinión publica con temas o issues relacionados con ambos candidatos poniendo a hablar a la opinión publica, a la gente, a favor o en contra de tal o cual tema de los candidatos y que obviamente ponían en desventaja a Trump en sus titulares.
Ahora bien, de acuerdo a la encuestadora Gallup, ante la pregunta ¿Como describiría usted su reacción después de las elecciones la mayoría de las respuestas fue de “sorpresa”, y no era para menos después de ver todo lo que había ocurrido durante la carrera hacia la casa blanca. La victoria de Trump se debió a una clase media baja, a una clase trabajadora que ha sido desplazada por la globalización; que rechaza el multiculturalismo y a la inmigración,  que rechaza a las élites políticas, que Clinton representaba y que durante años han abandonado.
Trump,  entre otras cosas, debe su victoria a un grupo demográfico que incluye a los blancos sin educación universitaria (75% de la población de esos estados no son universitarios).  A eso que se han dado por llamar la mayoría silenciosa, utilizada por Richard Nixxon en 1969 cuando gano las elecciones, esa mayoría de ciudadanos, que si bien no se interesan cotidianamente por la política, son profundamente conservadores; que si bien no protestan en contra del aborto y de la libertad de genero, los detestan, y es allí donde pudiera también estar la clave,  no sin razon.  Trump apeló con un discurso incendiario e irracional a las pasiones negativas (miedo, rabia, etc.). Apelo, también al hecho de sentirse abandonados por el establishment que no hacia nada por ellos económicamente al sentirse amenazados por los inmigrantes, especialmente los latinos que les “roban” sus fuentes de trabajo, se sintieron amenazados y reaccionaron,. Apelo a la criminalidad existente en el país, porque los inmigrantes tren malas costumbres, además de que introducen las drogas y como plato fuerte de la inseguridad del país es la percepción  del riesgo de que los musulmanes que viven en Estados Unidos son una amenaza inminente para la seguridad de ellos y  sus familias. Otro aspecto que me llamo poderosamente la atención, es el hecho de que en todos esos estados, ahora rojos por el color del partido republicano, tienen un elemento en común: la relevancia del voto por motivos religiosos. los movimientos “pro vida” cristianos católicos y, muy especialmente, las diversas versiones de iglesias “evangélicas” con posiciones antiaborto y visiones tradicionalistas en materias de género, y si lo pensamos bien, la candidata Clinton, estaba a favor de ambos issues de campaña.  Llegado a este punto, para mi es un hecho irrebatible, que no es Trump quien me preocupe, lo que realmente me preocupa son los de americanos que votaron por el, porque al hacerlo se alinean con su  conductas xenofóbicas, su discurso machista, racista y de desprecio ofensivo a cualquier forma de pensamiento diferente es lo que debe llamarnos la atención, hoy en pleno siglo XXI, existe en muchos estados dentro de la unión rechazo por la gente de color y de los inmigrantes que de buena manera aunque ellos quieran o no, han venido a hacer importantes aportes en las distintas áreas del conocimiento, han contribuido con su trabajo y manos a hacer que el país sea la primera potencia del mundo, hacen lo que muchos "okies" no quieren hacer. Por los próximos 4 años, esto, de cumplirse las promesas de campaña de Mr. Trump, esto es lo que tendremos. El tiempo lo dirá. Mientras tanto, los votantes el voto mayoritario (47.7%), que no los colegios electorales, no piensan que todo comenzó en Oklahoma.





Nota al margen sobre los “okies”
Los “okies”, como son llamados esos inmigrantes americanos de Medio Oeste por los californianos, son tratados de forma inhumana por los codiciosos terratenientes, al igual que lo fueron por los banqueros.
El historiador James Gregory ha explorado el impacto a largo plazo de los Okies sobre la sociedad de California. Señala que en The Grapes of Wrath, el novelista John Steinbeck vio a los inmigrantes convirtiéndose en sindicatos activos y agitadores del New Deal que exigían mejores salarios y mejores condiciones de vivienda. Steinbeck no previó que la mayoría de los okies se trasladarían a empleos bien remunerados en las industrias de guerra en la década de 1940. Los niños y nietos de Okies rara vez volvieron a Oklahoma o la agricultura, y ahora se concentran en las ciudades y suburbios de California. Los impactos culturales a largo plazo incluyen un compromiso con el protestantismo evangélico, un amor por la música country, el conservadurismo político y un fuerte apoyo a los valores morales y culturales tradicionales
Se ha dicho que algunos oklahomanos que se quedaron y vivieron a través del Dust Bowl ven a los migrantes Okie como desertores que huyeron de Oklahoma. La mayoría de los nativos de Oklahoma están tan orgullosos de sus Okies que hicieron bien en California como lo son los Okies ellos mismos - y de los Arkies, Texans del oeste, y otros que fueron echados adentro con ellos.En la segunda mitad del siglo XX, se hizo cada vez más evidente que cualquier significado peyorativo del término Okie estaba cambiando; El ex y el actual Okies comenzó a aplicar la etiqueta como una insignia del honor y símbolo de la actitud del superviviente de Okie. También durante la década de 1970, el término Okie se hizo familiar a la mayoría de los californianos como un prototipo de un grupo subcultural, al igual que el resurgimiento del regionalismo de América del Sur y la renovación de las identidades étnicas estadounidenses (norteamericanas, Estados en ese momento.Sin embargo, a principios de la década de 1990, el Departamento de Transporte de California se negó a permitir que el nombre del restaurante "Okie Girl" apareciera en una señal de carretera en la Interestatal 5, argumentando que el nombre del restaurante insultó a los oklahomanos; Sólo después de prolongada controversia (y una carta del Gobernador de Oklahoma) la agencia cedió. Desde la década de 1990, los niños y nietos de Okies en California cambiaron el significado de Okie a un auto-título de orgullo en obtener éxito, así como para desafiar lo que ellos consideraban esnobismo o "el último grupo de burlarse de" Culturas del área urbana. Mientras que algunos Oklahomans se refieren a sí mismos como Okies sin prejuicio, y se utiliza a menudo jocularly; De una manera similar al uso de Hoosier por Indianans, Yankee por Northeasterners, o "Cracker" por Floridians nativos, ninguno de los cuales consideran estos términos particularmente insultantes cuando se aplican a sí mismos. Otros, sin embargo, todavía encuentran el término altamente ofensivo.El alcalde de Muskogee, John Tyler Hammons, usó la frase "Estoy orgulloso de ser un Okie de Muskogee" como el tema exitoso de su campaña de alcalde de 2008. Tenía 19 años en ese momento.

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